Red State

Kevin Smith. Estados Unidos. 2011.

Red State es la película ganadora de la pasada edición del Festival de Cine de Sitges. El para algunos sobrevalorado director y para otros genio de la comedia indie nortemaericana, Kevin Smith, nos sorprende con un registro al que no nos tiene nada habituados, un thriller que alterna entre el género de terror y el cine denuncia, una historia contundente sobre el radicalismo y fanatismo religioso en la sociedad norteamericana, con una secta conservadurista como monstruo aniquilador. Los primeros minutos del film desconciertan con conversaciones adolescentes llenas de hormonas. Un grupo de jóvenes busca sexo a través de anuncios de periódico, pero nunca podrían haber llegado a imaginar lo que uno de esos anuncios esconde detrás. De repente, la historia da un giro de 180º y nos mete con violencia en un horror crudo y visceral, con grandes momentos de tensión y por qué no (es Kevin Smith, no lo puede evitar), con brillantes aunque inoportunos toques cómicos. Estos últimos son sobre todo comunes en la segunda mitad del film, cuando hace acto de presencia el gran, que digo gran, el enorme John Goodman (un poco desmejorado por la edad y la pérdida de peso), como agente especial de policía, que junto con su grupo «de élite» se encargan sin miramientos de poner cartas en el asunto. Con cuidado de no meter spoilers, quiero felicitar a Smith por estas escenas de acción entre católicos y maderos, sorprendente trabajo.

A partir de aquí todo es dejarse llevar. Para los más escépticos, la historia no es original, sino confusa, y en ocasiones puede rozar la desesperación ante tanto cambio de registro, pudiendo provocar la desconexión total por parte del espectador. Se han oído casos 😉  Para mí es quizás este cambio brutal que experimenta la historia lo que me sobresaltó y despertó en mí una curiosidad suficiente para terminar de ver con interés la consecución de la trama hasta el final, y aunque parezca increíble, disfrutar de ella.

Kevin Smith ha dejado atrás Clerks, Mallrats, Persiguiendo a Amy y demás congéneres para probar suerte en el thriller de terror. ¿Un acierto? ¿O pa’ que te metes si nadie te ha llamado? Genio para unos, sobrevalorado para otros, lo que sí está claro es que a los que pudimos asistir a la proyección de la película en Sitges no nos defraudó. Y parece que al jurado tampoco.