Susanne Bier. Dinamarca. 2010
Título Original: Hævnen (Civilization) /(In a Better World)
En un mundo mejor, de la danesa Susanne Bier, recibió en la pasada edición de los Premios de la Academia el Oscar a la Mejor Película de habla no inglesa. También resultó ganadora del Globo de Oro en la misma categoría.
Tras su exitosa experiencia en el cine de Hollywood en 2007 con Cosas que perdimos en el fuego, Susanne Bier vuelve a su tierra natal para rodar esta película sobre la violencia y las relaciones entre padres e hijos.
En línea con sus anteriores trabajos, nos presenta de nuevo un drama de los que conmueven y tensan, con unos actores bien elegidos y muy bien dirigidos. Destaca Mikael Persbrandt, actor conocido en Dinarmaca pero no tanto fuera de ella. Interpreta a Anton, un médico de una ONG que trabaja en un campo de refugiados de África, y cuya vida se divide entre sus largas estancias fuera de casa y su vuelta al hogar en Dinamarca, donde tiene dos hijos pequeños que le necesitan y problemas de pareja que le están distanciando de su mujer.
El hijo mayor de Anton, es maltratado por sus compañeros del colegio constantemente. Un día llega al colegio un nuevo chico, y los dos entablan una amistad especial. Movidos por la venganza y sin saber medir dónde está el límite, ambos emprenden su lucha particular por la supervivencia en un entorno que ambos sienten hostil, por diferentes motivos.
La película está bien hecha y los personajes bien elegidos. Sin embargo, en determinadas ocasiones, parece que la directora está más preocupada en hacer llegar el mensaje que en darle realismo a la historia, resultando en algunas escenas poco creíbles y con un guión débil, como la escena del taller en la que Anton quiere enseñar a su hijo y a su amigo que la violencia no lleva a ningún sitio, dejándose vapulear y ningunear en un enfrentamiento con un tiparraco agresivo. En ella el diálogo parece más propio de una parábola del buen vecino y compañero, llegando a empalagar tanta calma y buen hacer. Sobre el final de la película también hay opiniones, y es que después de tanto educar y meter en vereda, sabe a poco la ausencia de consecuencias y de «el que la hace la paga», y recibimos el happy ending con cierto reproche.
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