Kelly Reichardt. EEUU. 2010

Sin embargo, he de decir con pesar que no me he llevado todo lo que esperaba de estas dos horas. Las críticas que la denominaban como «el nuevo gran western de la temporada, la película más ambiciosa de la realizadora y una de las más aclamadas del año» seguro generaron en mí unas expectativas no satisfechas. Lástima, porque tiene los ingredientes adecuados para un atractivo film – los personajes y los paisajes son excepcionales – pero salí del cine un poco vacía. La historia es sencilla y a la vez compleja: un grupo de colonos atraviesan el desierto de Oregón en busca de nuevas tierras para establecerse en el Lejano Oeste. La falta de agua, el largo trayecto y otros inesperados percances les acompañan en un viaje incierto y desesperado.
The Meek Cutoff existió, era un camino que los colonos usaban de atajo para atravesar el desierto de Oregon, y debe su nombre a Stephen Meek, un explorador que se ganaba la vida haciendo de guía para los colonos que querían atravesar esa zona.
La historia está enfocada desde una perspectiva bastante feminista, cayendo mucho peso sobre el papel interpretado por Michelle Williams (algunos os acordaréis de ella como la novia de Dawson en Dawson crece/Dawson creek) quien repite por segunda vez con la directora – ya habían trabajado juntas en su anterior largometraje Wendy and Lucy.
Kelly Reichardt está considerada directora de culto gracias a sus dos anteriores y exitosos trabajos, Old Joy y Wendy and Lucy, y con éste último la consolidan como una de las directoras de referencia del nuevo cine independiente norteamericano.
TRAILER:
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De los mayores pufos que he visto en los últimos diez años. Sin lugar a dudas, y su directora extremadamente sobrevalorada.