Cartel de la película Requiem por un sueño

Requiem por un sueño

Darren Aronofsky. EEUU. 2000

Título original: Requiem for a dream

Si habéis visto «Pi» (EEUU. 1998), coincidiréis conmigo en que Aronofsky vuelve a sorprendernos con esta dura e intensa historia sobre las adicciones, los sueños y la desesperación por conseguirlos a cualquier precio. Y no nos la cuenta de forma fácil, no; lo hace  sin escrúpulos, revolviéndonos, haciéndonos retirar la mirada en algunas escenas (¿quién ha podido olvidar el brazo de Harry?). Sin embargo, es especial. A pesar de su crudeza, la he visto varias veces, y sigo considerándola una obra de arte. ¿Y qué la hace tan especial? Todo. Sus personajes. Su banda sonora. Los nada ortodoxos movimientos de cámara. Los planos cortos. Los sonidos.

A medida que nos adentramos en la historia, somos testigos del declive acelerado de las vidas de Sara (Ellen Burstyn), Harry (Jared Leto), Marion (Jennifer Connelly) y Tyrone (Marlon Wayans), cuando luchan por conseguir aquéllo con lo que sueñan, de una manera rápida, no fácil y sin pararse a pensar en las consecuencias. La historia se divide en 3 estaciones, verano, otoño e invierno, creando un paralelismo con el nacimiento de los nuevos proyectos de los personajes, su intento de consecución y la espiral de autodestrucción en la que se ven envueltos cuando las cosas fallan o no salen como esperamos.

Requiem for a dream

Sin duda, el punto fuerte de la película es la banda sonora, perfectamente insertada en numerosas escenas, sumergiéndonos «en el lugar más oscuro y humano imaginable» en palabras del realizador. En mi lado más cleptómano, he robado esa música, y desde que el primer acorde entró en mis oídos, decidí que no podía ser sino ésa, mi banda sonora, en muchos momentos. Y así ha sido. Permitidme destacar por último la interpretación de Ellen Burstyn (nominada al Oscar y al globo de Oro en la categoría de Mejor Actriz). En menos de 10 minutos consigue nuestra comprensión, nuestra emoción, nuestro cariño. Sólo quieres levantarte del sofá y darle un abrazo.

Técnicamente, y como curiosidad, mencionar que Darren Aronofsky inventó en esta película la técnica conocida como «Hip hop montage«, consistente en el uso de un encadenamiento de imágenes de poca duración, generalmente en planos cortos, que presentan un proceso complejo, fragmentado con el empleo de efectos de sonido.

No es una historia bonita, no es una película fácil de ver, pero es un film obligado para todo buen cinéfilo, y que sabrá apreciar. Todos tenemos una lista, sin duda en la mía está Requiem.

PREMIOS:
2000: Seminci: Espiga de Oro: Mejor película
2000: National Board of Review: Reconocimiento especial

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